17 May El revestimiento líquido que convierte los edificios en purificadores de aire
Lurederra y la Universidad de Navarra han creado un recubrimiento multifuncional que se encuentra a las puertas del mercado. “Ya se puede aplicar con una pistola pulverizadora sobre materiales como el hormigón, la arenisca o la gravilla para ayudar a descontaminar las ciudades”, apuntan desde el equipo de Multificon, un proyecto coordinado por ADItech -a su vez agente coordinador del SINAI- y financiado por el Gobierno foral.
Nueve de cada diez personas respiran aire contaminado en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Pero esta problemática se ensaña especialmente con los niños y los adolescentes, ya que puede truncar el desarrollo de su cuerpo, sus órganos y sus sistemas inmunológicos. Por eso, la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) dedica desde 2014 un informe específico anual a estudiar sus consecuencias sobre este grupo poblacional.
Su última edición, publicada el pasado mes de abril, señala que “más de 1.200 muertes de menores de 18 años” en los países miembros de la Unión Europea y colaboradores del Espacio Económico Europeo (EEE) son causadas por los contaminantes atmosféricos. Al mismo tiempo, una pobre calidad atmosférica puede reducir el peso de los recién nacidos o provocar asma, una función pulmonar reducida, infecciones respiratorias y alergias.
Entre las fuentes más contaminantes figuran los edificios residenciales, en concreto, debido al uso de la calefacción. Pero, ¿qué sucedería si se aprovechasen los inmuebles para purificar el aire? Esta fue la pregunta que se hizo la Unidad de Investigación Avanzada del Centro Tecnológico Lurederra, que contactó en 2018 con la Universidad de Navarra para buscar juntos una respuesta. Pronto dieron con una estrategia: crear un recubrimiento transparente con nanopartículas fotocatalíticas, que permitiese proteger los materiales constructivos y destruir los contaminantes en el aire.
“Purificar el aire no es otra cosa que transformar los compuestos contaminantes que entran en contacto con la fachada del inmueble para reducir su toxicidad. Por eso, decidimos crear un recubrimiento (líquido y pulverizable) que, además de contar con características hidrofóbicas, tuviese la capacidad de oxidar los compuestos tóxicos del aire al entrar en contacto con la luz solar. Empezamos hace cinco años a trabajar en ello a través de la iniciativa Recurban, con la que logramos realizar una prueba de concepto muy prometedora”, explica Cristina Salazar, líder del grupo de investigación en Lurederra.